Entrevista de Pilar Rivera

Pedro García Aguado: “La adicción es un problema transversal y genético que trasciende las clases sociales”

 Hablamos con Pedro García Aguado, medallista olímpico en waterpolo, también conocido por presentar el programa televisivo ‘Hermano Mayor’, lleva más de dos décadas trabajando como intervencionista familiar y en la prevención de las adicciones.

Con el Proyecto FES (Formación, Educación y Sensibilización) se ha centrado desde hace tres años en las adicciones comportamentales, concretamente en la dependencia de las tecnologías de la información y la comunicación: redes sociales, videojuegos, juegos de azar, el teléfono móvil… que cada vez afectan más a jóvenes, incidiendo en su vida, la convivencia en el hogar o sus estudios. El Ayuntamiento de Torrelodones acaba de sumarse al proyecto FES.

El factor genético

¿Cuál es el perfil del joven adicto y dependiente?

Vamos a empezar por la primera parte, fíjate que hay que hablar del perfil de una persona que puede desarrollar una dependencia. Podríamos estar hablando de un chico o de una chica perfectamente normal, de familia estructurada, con recursos económicos altos, pero también podríamos estar hablando de un chaval o una chavala de familia desestructurada con un perfil económico algo más bajo.

¿Y por qué digo esto? Porque muchas veces no depende del entorno, sino de los factores individuales de cada persona y ahí entra lo que se llama el factor genético que predispone a unas personas sí y a otras no, a desarrollar dependencia ya sea a sustancias o a tecnologías.

Una vez que se desarrolla la adicción, el perfil del chico o de la chica, sus comportamientos tienen que ver con impulsividad, tienen que ver que cuando están privados de la tecnología o de la sustancia, su comportamiento suele ser errático, agresivo, incluso todo contrario, depresivo, sin ganas de hacer absolutamente nada. Son personas que mienten, que tienen trastorno del sueño, son personas que, como bien dice la palabra adicción, dependencia, necesitan consumir o realizar la actividad, para calmar el malestar que les está provocando el no consumir o realizar la actividad.

Muchas veces se tiende a señalar a personas de ciertos entornos o estratos sociales como posibles dependientes y la adicción es algo transversal que afecta a personas de todo tipo de raza, cultura, familia, etc.

Las redes sociales

Cada vez hay más estudios que confirman que las redes sociales crean adicción y que precisamente ese es su negocio. Con un uso diario de 6 horas y 43 minutos, el 44% de los jóvenes entre 18 y 24 años ya se considera adicto al móvil, 19 puntos por encima de la media nacional, un 24%. Pero el uso diario puede alcanzar las 14 horas en los casos más extremos.

Hay que ser muy pulcro en cómo se dicen las cosas. Una persona que está 14 horas usando el móvil, no tiene por qué ser dependiente, simplemente puede estar haciendo un uso abusivo o una sobre exposición a la pantalla. Por eso he dicho en la primera respuesta que lo más importante es dilucidar, diagnosticar y saber si esas 14 horas está conectado al teléfono porque lo necesita, porque ha desarrollado una neuroadaptación, así que podemos estar hablando de un comportamiento patológico y de una adicción.

Pero hay personas que abusan de muchas cosas y no por eso son dependientes. Los chicos dicen: uso mucho el móvil “estoy adicto” lo dicen así, pero repito que la adicción es la necesidad de estar conectado para calmar el malestar que provoca no estar conectado. En general, entre los chicos hay una sobreexposición a las pantallas y de esa sobreexposición, algunos habrán desarrollado dependencia y otros no.

“El abuso no es dependencia. Hay que ser muy pulcros diciendo las cosas”

 

El océano digital

¿Cuáles son las primeras señales de la dependencia? Porque ni los padres 1.0 ni manejan los códigos ni conocen las tecnologías como los nativos digitales, pero tampoco las nuevas generaciones de padres, ya que esto avanza a velocidad de vértigo.

En el océano digital y desde el proyecto FES lo hablamos siempre: una cosa es el uso del teléfono móvil, que nuestro hijo no se separe del teléfono, que lo tenga en la habitación, que le esté generando conflicto cada vez que le decimos que tiene que dejarlo, que deja un teléfono, pero coge otro porque es incapaz de estar desconectado, que le genera ansiedad, violencia o agresividad cuando se le retira el terminal móvil; ha cambiado su ciclo de sueño absolutamente y eso usando el terminal móvil, no me meto en si están con videojuegos, con apuestas o con redes sociales porque no todo es lo mismo, un terminal móvil tiene muchas funciones.

Podríamos hablar de esta sintomatología. Si te das cuenta es la misma sintomatología que puede tener una persona o un chaval que ya ha desarrollado una dependencia a alguna sustancia; es decir, agresividad, falta de sueño, ansiedad, incluso depresión, cambios de estado de ánimo bruscos. No confundir con la adolescencia porque la adolescencia tiene esos cambios de estado de ánimo, pero sobre todo cómo reacciona ante las publicaciones, ante el contenido. Un joven que cuando publica algo, se siente muy feliz porque le han dado muchas “likes”, yo como padre o madre puedo estar pendiente; o que publica algo y no reciben ningún “like” y se hunde. Bueno, pues ahí también podemos estar viendo algún rasgo de dependencia, sobre todo el refuerzo externo, positivo o negativo que produce el uso que está haciendo de las redes sociales. Una persona que se tira 14 horas jugando, se lleva botellas vacías de agua a la habitación para no levantarse de la silla y orinar ahí, que come ahí y su horario de sueño está cambiado porque está jugando por la noche, pues también tendríamos una sintomatología muy clara de persona que abusa o en este caso claramente dependiente.

Prevenir

En este punto, el problema de dependencia es una realidad. Entonces, ¿dónde debemos de poner el foco de atención para prevenirla antes de que la marcha atrás sea más compleja?

Cuando ya se desarrolla la dependencia, hace falta tratamiento, un abordaje clínico y terapéutico y en manos de profesionales especialistas y eso sería lo principal. Porque es tan difícil la prevención… por mucho que nos llenemos la boca de cosas, que jueguen menos o tengan menos tiempo el teléfono, como te he dicho antes, depende tanto de un factor genético.

La mejor prevención sería la alfabetización emocional, reconocer sus emociones, regular sus emociones, tener capacidad de autocontrol, saber manejar la frustración, vivir en el principio de realidad que dice que las cosas no van a ir como ellos quieren. Luego, modelos educativos que favorecen más la prevención, aquéllos que saben acompañar, validar estas emociones, no aquellos modelos sobreprotectores, autoritarios, prohibitivos.

Depende también del modelo educativo, sumado al componente genético, que es determinante sin duda ninguna.

Hablas de “alfabetización emocional” pero nadie nos enseña herramientas de autoconocimiento, ¿debería de impartirse como asignatura desde temprana edad?

La alfabetización emocional, que algunos llaman inteligencia emocional, es fundamental desde muy chiquitines y debería de ser, como tú dices, una asignatura, pero para todas las áreas de la vida. También como factor de prevención para que la gente sepa superar adversidades, enfrentarse a las situaciones complicadas, para saber regular en general todas las emociones que nos van a acompañar durante toda nuestra vida. Totalmente de acuerdo, tendría que ser una asignatura obligatoria.

El móvil 

En referencia a la edad ideal para tener móvil, en tus charlas dices que “a los 30 y que se lo paguen ellos”

(Risas) No, esto es una broma que hacíamos cuando te preguntan a qué edad le regalo el móvil a mi hijo, el teléfono inteligente porque ya no son móviles porque lo menos que se hace es llamar con ese teléfono. Son dispositivos donde hay una estación de entretenimiento de socialización, de conocimiento.

Yo creo que la edad que uno quiera, pero sobre todo que acompañe en el buen uso de ese terminal, que acompañe al hijo o a la hija en conocimiento de todas esas áreas que hemos hablado como internet, redes sociales, etc. Que conozcan todo ese universo digital donde se van a mover sus hijos, que puedan formarse e informarse y a partir de ahí poder acompañarles mejor y prevenir mejor.

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Además, existen peligros añadidos a través de la red como, por ejemplo, el  consumo de pornografía cada vez a edades más tempranas

Como educadores y acompañantes en el proceso de maduración de nuestros hijos tenemos que estar pendientes y ser conocedores de todos los riesgos y peligros que tiene el uso descontrolado y no supervisado de todos estos contenidos. El proyecto FES se enfoca desde la Formación, la Educación y la Sensibilización como indican sus siglas y no se llama prohibición. Desde la prohibición lo que genera es mucha mayor curiosidad, más ganas de saltarte las normas, más ganas de probar aquello que te prohíben. Lo importante siempre es conocer para poder acompañar mucho mejor y prevenir mucho mejor.

“La alfabetización emocional tendría que ser una asignatura obligatoria desde pequeños”

 

 Las salidas

Desde tu perspectiva, ¿el abuso y la dependencia tecnológica es uno de los grandes males de nuestra sociedad moderna?

No, yo creo que hay otros problemas más graves: la deshumanización, el vivir como en una anestesia emocional de no darnos cuenta de la necesidad del otro, del poder estar ayudando, acompañando y el sentir un poquito y tener un poquito más de empatía con algunas situaciones. Yo creo que las tecnologías no son el demonio ni mucho menos, pero sí que es cierto que la sociedad actual tiende al deseo de satisfacción inmediata satisfecho inmediatamente. Eso, diría, que es uno de los males más acuciantes y que más daño hace a la sociedad, que lo queremos todo y lo queremos ya. Y eso a nuestros hijos les está pasando también. Hay que enseñar a perseverar, a esperar, a gestionar nuestra frustración, que las cosas muchas veces no van a ser como queramos. Ese sería el mal más peligroso que veo yo.

¿De las dependencias y de las adicciones verdaderamente se sale?

Claro. Si sigues un buen tratamiento se sale. Si estás en manos de buenos profesionales y te lo tomas en serio se sale.