esperando-a-pinguiÉrase una vez un cuento y érase una vez una pareja que quería formar una familia y tener hijos. Una maldita enfermedad (cáncer de mama) le impedía a ella ser madre; tampoco les ponían muy fácil la adopción. Recurrieron a una técnica no del todo entendida en algunos países como España, la gestación subrogada. Esta es la historia de cómo lograron ser padres. Es la historia de Anabel Manchón y Rubén García, los padres, y su lucha. Es la historia de su bebé. Érase una vez “Esperando a Pingüi”.

 “Esperando a Pingüi”. Cuéntennos un cuento

“Esperando a Pingüi” está basado en nuestra experiencia hasta conseguir tener a nuestro hijo, a nuestro pequeño Pingüi. Es la historia de unos padres que nunca se resignaron a no poder serlo. Un cuento con el que deseamos ayudar a otros padres en situaciones similares a la nuestra, para contarles a sus hijos su maravilloso y generoso origen.

“Esperando a Pingüi” (Editorial Chocolate) es el primer cuento editado en España como ayuda para la revelación de orígenes en gestación subrogada y ovodonación.

El cuento está dirigido a niños a partir de 4-5 años, momento en el que empiezan a hacerse preguntas, es un cuento que ayuda a que los niños, y por ende la sociedad, entienda que existen muchos y diversos tipos de familia, que se forman de diferentes maneras y que todas ellas son estupendas y maravillosas, porque forman familia.

El cuento también está dirigido a padres/madres que necesitan una herramienta, un soporte para comunicar a sus hijos su generoso origen.

Creemos que el cuento puede ser un buen soporte para profesores y en general cualquier persona que quiera y pueda visibilizar diferentes formas de crear una familia.

Pingüi es un pingüinito que nos cuenta la historia de cómo sus papis consiguieron que él llegara a sus vidas. Tuvieron que hacer un largo viaje y sortear grandes peligros, pero al final consiguieron llegar a la ciudad donde vivía el Gran Pingüinólogo y una generosa pingüina, ambos les ayudarán a cumplir su sueño de ser papás.

Pero ¿cuándo y por qué surge la idea del cuento?

Durante nuestra espera hasta que naciera nuestro hijo, y seguros de que queríamos contarle sus orígenes, comenzamos a buscar literatura infantil que nos ayudara a revelárselos, pero no encontramos ningún cuento escrito en castellano, solo en inglés. Por lo que decidimos escribirle su propio cuento y lo titulamos “Esperando a Pingüi”. El cuento nació a la vez que nuestro hijo, contando en él nuestra experiencia real, nuestros miedos y alegrías hasta que finalmente lo tuvimos en nuestros brazos.

 ¿Por qué elegir un cuento para relatar una historia?

El formato de cuento nos ayudaba a llegar a nuestro hijo en una edad muy temprana, de forma que desde pequeño conociera sus orígenes, de los que estamos orgullosos y felices.

portada-esperando-a-pingui¿Y por qué los pingüinos para hablar de la gestación y del nacimiento de un hijo?

Los pingüinos son animales que se emparejan de por vida, y tanto la pingüina como el pingüino participan de ser padres, poniendo el huevo ella e incubándolo él, nos pareció el fiel reflejo de nosotros. El huevo nos ayudó a identificar el embarazo y la ovodonación, sin necesidad de especificar el nombre de cualquier técnica de reproducción asistida.

Nosotros somos pareja hace más de 25 años, y ambos queríamos participar lo máximo posible de nuestra paternidad, por eso los pingüinos nos encajaron perfectamente.

El hecho de que los protagonistas del cuento fueran animales (en este caso unos simpáticos pingüinos) ayuda a los niños a entender situaciones de la vida cotidiana sin necesidad de verse ellos en primera persona, empatizan con el protagonista (el pingüino), entienden su situación y entonces son capaces de extrapolarla a la realidad y a su vida, a la de sus amigos, etc.

¿En qué momento pensaron en ella y qué pasos dieron antes de decidirse por la gestación subrogada?

Anabel sufrió un cáncer de mama en 2009, nuestra vida da un vuelco de 180 grados, las prioridades cambian radicalmente y te das cuenta de lo que de verdad es importante en la vida.

Antes de recurrir a la gestación subrogada optamos por la adopción internacional, pero debido a la enfermedad de Anabel y a pesar de tener informes médicos satisfactorios, nos dieron varias negativas durante seis años.

No tuvimos opción de intentar un embarazo por medios naturales u otras técnicas de reproducción asistida, ya que a Anabel se desaconsejaba el embarazo por tener asociado un alto riesgo de recaída en el cáncer e incluso fallecimiento.

También optamos por la acogida internacional, pudimos experimentarla y fue muy gratificante, pero nos dimos cuenta de que no deseábamos una paternidad temporal o que nuestro hijo pudiera irse de nuestro lado, por lo que la descartamos.

Para nosotros solo quedaba una opción para ser padres y formar nuestra familia: la gestación subrogada.

Y ¿cómo reaccionó su familia, amigos?              

En general nuestro entorno reaccionó muy bien a la noticia, evidentemente conocían de primera mano nuestros esfuerzos por ser padres y las negativas que habíamos recibido en la adopción. Fue muy sorprendente, porque nos esperábamos más rechazo. Entendieron perfectamente por qué tomábamos esa decisión, y nos apoyaron en el viaje que iniciamos. Sin el apoyo de nuestra familia no hubiéramos podido hacerlo, tanto a nivel económico como de soporte emocional, además de hacerse cargo del cuidado de la otra parte de nuestra familia, el perro y el gato, durante nuestra estancia en Tailandia.

Por supuesto, no todo el mundo lo entendió ni prestó su apoyo, como siempre, en las situaciones complicadas es cuando te das cuenta de quiénes son amigos de verdad, y desgraciadamente nos sorprendimos con la actitud de algunos conocidos (ya no son amigos), a los que no les gustó nuestra decisión de ser padres por gestación subrogada.

Para buscar a una madre gestante se fueron a Tailandia, donde allí no se ve como una explotación, ¿cómo llegaron hasta ella?

Antes de nada, me gustaría comentar que la terminología empleada en gestación subrogada es muy importante para todos aquellos que hemos recurrido a ella. Al igual que ocurría en los 70’s con la terminología peyorativa de los “bebés probeta”, ahora ocurre con la gestación subrogada (mal llamada “Vientre de alquiler”), como denominar madre a la gestante. La gestante no es madre. La madre es la madre de intención, que aunque no pueda gestar a su bebé es madre desde el minuto menos uno. La gestante no aporta su genética, por lo que no tiene vínculo genético con el bebé.

Realizamos nuestro proceso gracias a la ayuda de una agencia, que nos asesoró en España acerca de cómo realizar todo el proceso, clínica, abogados, etc.

En nuestro proceso, sufrimos muchos fallos que no debían haberse producido o que podrían haberse subsanado, y nos dimos cuenta de que si la agencia no ha vivido en primera persona el proceso, no es consciente de todos esos detalles, por lo que decidimos crear Surrofamily (www.surrofamily.com), asesores especializados en gestación subrogada, con experiencia en primera persona. Así incluimos programas a precio cerrado, incluyendo el alojamiento, manutención, costes médicos, legales… TODO, para que los padres puedan acceder a su paternidad con garantías y seguridad, y sin sobrecostes, ya que son procesos en los que se incurren en muchos gastos médicos y legales.

¿Qué relación hay ahora con la madre gestante?

Durante el embarazo apenas pudimos tener contacto con Nawarat (nuestra gestante), el idioma es una barrera muy fuerte, además de la diferencia horaria. No pudimos conocerla hasta que viajamos a Tailandia unas tres semanas antes del nacimiento de nuestro hijo. A partir de este momento nos comunicábamos a diario a través de Line (similar a whatsapp), y aún hoy seguimos el contacto, intercambiándonos fotos y vídeos de nuestro hijo y los suyos, de las vacaciones, etc. Ella es muy importante para nuestra familia, porque sin ella hoy no seríamos la familia que somos.

Le remitimos un cuento de “Esperando a Pingüi” traducido al tailandés y nos lo agradeció mucho, porque así ella también tiene una herramienta para contarle a sus hijos el gran favor que nos hizo gestando a nuestro hijo.

¿Cómo fue el momento en que vieron la carita del niño?

El parto fue muy emocionante, porque es entonces cuando ves que por fin llega el gran momento que estábamos esperando, Rubén pudo acceder al paritorio y coger en brazos a Rafael, yo (Anabel) no pude, y me tocó esperar fuera muriéndome de nervios hasta que por fin les vi salir. No podía dejar de llorar de felicidad.

Y ahora, vuestro propósito es que la gestión subrogada sea una realidad en España. ¿Qué pasos estáis dando?

Decidimos ser activos en las redes sociales, para dar visibilidad a las diferentes formas de crear una familia, creamos el foro Formar Familia, que al final se convirtió en un blog (https://formarfamilia.wordpress.com/, Twitter @FormarFamilia), desde el que informamos de las diferentes formas de crear una familia cuando todo se pone en tu contra, es posible, es legal y asequible.

Parte de las ganancias que obtenemos de las ventas de “Esperando a Pingüi” las donaremos a la Asociación por la Gestación Subrogada en España.

Tras nuestra experiencia y con el objetivo de acercar la gestación subrogada a todos aquellos que quieren ser padres y no pueden, creamos Surrofamily (www.surrofamily.com), asesores especializados en gestación subrogada, con un enfoque totalmente cercano y humano, ya que consideramos que ayudar a otros a formar su familia no puede hacerse más que desde el compromiso y la calidez humana, y sobre todo desde el conocimiento vivido en primera persona.

Precisamente la idea de la gestión subrogada está muy criticada por asociaciones feministas que ven en ella una sumisión o humillación de la mujer, ¿qué les dirían?

No compartimos su pensamiento mal llamado feminista, ni su postura en contra de la gestación subrogada. Hablan de la cosificación de la mujer, pero no conocen a las gestantes ni a los padres e hijos que hemos recurrido a esta técnica. Se escudan en las noticias sensacionalistas sobre gestación subrogada para generalizar y aplicar su sermón moralista, noticas que también podemos encontrar en adopción o acogida, y que no por ello son denostadas como sí hacen con la gestación subrogada.

Estas asociaciones no critican que se compense a una donante de óvulos o a un donante de esperma, compensaciones que se realizan en base a su dedicación y posibles molestias y que están fijadas por ley. En cambio sí critican que haya mujeres que de forma voluntaria quieran ayudar a otras personas que no pueden gestar (sean mujeres u hombres) y que se las compense de la misma forma, por el tiempo dedicado y las molestias que les pueda producir.

El hecho de que en algunos países se haya podido producir una explotación de la mujer, es justamente por una mala o inexistente regulación. Si se regula y se hace bien, esta cosificación desaparece.

Podríamos asimilar la gestación subrogada con el caso de la donación de órganos. En España está bien regulado y no se produce ningún abuso ni venta de órganos, a diferencia de otros países donde sí se puede comprar un órgano y se abusa del donante. Por el hecho de existir países donde está mal regulado la donación de órganos, España no la prohíbe, España la regula y facilita de forma que las personas podamos optar a los avances de la ciencia. Creemos que así debería ser con la gestación subrogada. Copiar modelos de regulación como los existentes en USA con más de 20 años de historia, sería una buena manera de empezar.