Ana Martín, durante la presentación de su moción que ilustró con pantallazos de VxT contra ella

“Sálvame en pleno”, así ve la portavoz de Confluencia Ciudadana en Torrelodones, Ana Martín, lo ocurrido en la sesión del pleno del 25 de abril mientras ella presentaba un moción.

Seguidamente, reproducimos su artículo

“Si es usted seguidor del programa de televisión “Sálvame”, enhorabuena. Ahora puede verlo en directo, con personajes reales y muy cerquita de casa. Tan solo tiene que acudir a la plaza del pueblo, al Salón de Plenos del Ayuntamiento el día en que el Pleno tenga lugar y sentarse cómodamente en la butaca que mejor le parezca.

Podrá admirar a sus personajes favoritos en versión doméstica, y comprobar su desenvoltura, sus ademanes delatores de mala educación, sus gritos y sus chistes fáciles.

Porque a veces, el verdadero espectáculo está donde menos te lo esperas, y sobre todo, donde no debería darse.

Ya se ha hablado largamente sobre la actitud irrespetuosa e irresponsable que adoptan los miembros de Vecinos por Torrelodones durante las sesiones plenarias. Pero todo puede empeorar a poco que te empeñes. Y Vecinos por Torrelodones está empeñado en que no nos quepa ninguna duda de que en lo que respecta a educación, buenas maneras, saber estar y respeto  andan muy, pero que muy escasos.

Porque lo que pudimos ver el pasado martes día 25 en el salón de Plenos no parecía una sesión plenaria. Parecía un “Sálvame” cutre y falto de ensayos.

Confluencia Ciudadana, con su portavoz al frente, Ana Martín, consiguió, contra todo pronóstico, que el pleno debatiera un asunto que nadie quería debatir. Y esto por sí solo ya es un éxito. Y Vecinos por Torrelodones digiere muy mal los éxitos ajenos, y ante la perspectiva de acabar con una grave indigestión tomaron medidas preventivas organizando un show en el que no faltó el graciosillo, la “clá” con sus aplausos previstos y las risas forzadas para demostrar desdén.

Pero nada de esto les sirvió para salir indemnes. Al contrario, en este “Sálvame” de pacotilla en el que se pretendía ridiculizar a la portavoz de Confluencia, recibieron una lección de buen trabajo, saber hacer y dignidad.

En el momento en que Ana Martín comenzó a exponer la moción con una presentación en power point, todos los miembros del gobierno en comandita cogieron sus teléfonos móviles y se los colocaron delante de la cara, escondiéndose detrás de ellos. Y motivos tenían sobrados para ocultarse, porque lo que se estaba proyectando en la pantalla debería causarles mucha vergüenza. Por eso trataban de desviar la atención, se levantaban, simulaban reír, hablaban, hacían ruidos. Incluso el señor Guirao abandonó su asiento para no ver. Aunque vio más de lo que le hubiera gustado, porque cuando volvió, confiado de haberse salvado, la pantalla le mostraba su nombre con los comentarios que seguramente deseó no haber escrito nunca.

Y Ana Martín continuó su intervención, valiente, impasible, segura. La verdad, la razón, la dignidad y la honorabilidad estaban de su lado. Y ella lo sabía. Y Vecinos por Torrelodones lo sabía también. Y por eso trataban de callarla, y trajeron a su gente, que sigue sus consignas sin pensar. Y también por eso, le dieron el papel de respondón al concejal pretendidamente graciosillo, pero insulso, que desgranó un discurso lleno de lugares comunes, vacuo, con algún que otro chascarrillo aplaudido por sus palmeros.

En un espectáculo que pretenda estar a la altura de “Sálvame” no puede faltar la ordinariez y la chabacanería. Los miembros del equipo de gobierno lo saben, y saben que tienen quien dé el perfil. Porque hay una concejala en ese equipo que lo borda. Y grita cuando haga falta y pide que se respete el turno de palabra a voces, aunque no deje hablar a nadie con tanto griterío. Pero se mete tanto en el papel que en alguna ocasión ha terminado sus intervenciones en el Pleno con frases exquisitas como “¡Es acojonante!”. Desde aquí aconsejamos al equipo de gobierno que si no quiere perder tan valioso elemento, lo cuiden, porque el día menos pensado la ficha Tele5 y se quedan sin ella.

Quizá la alcaldesa también esté haciendo méritos para conseguir un puesto en esa cadena de televisión, porque anduvo muy acertada en su papel, permitiendo la bulla y la bronca y los gritos cuando los provocaban los suyos, pero espetando a una persona del público, perteneciente a un grupo de la oposición y que trató de pedir silencio, “¡aquí solo puedo mandar callar yo!”. Y cuando quiere y a quien quiere. Que para eso es la jefa.

Aun así, hemos cerrado un capítulo. Y Confluencia Ciudadana ha triunfado porque ha logrado que, al menos por esta vez, soplara un viento de democracia en nuestro Ayuntamiento.

Y todo el mundo quedó retratado en esta fotografía para el recuerdo”.